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domingo, 6 de julio de 2008

SANTIAGO BATALLA DE CLAVIJO


Santiago en la Batalla

de Clavijo

Mucho se ha puesto en duda sobre la leyenda, si era verdad o no la intervención del Apóstol en la batalla de Clavijo. Pues bien, el hecho ha sido cierto. Fue tal como se relata en las crónicas de dicho acontecimiento; pero el personaje ¡no! ya que no era Santiago el Mayor quien intervino sino Santiago el hermano de Jesús, llamado también “Ángel del Apocalipsis” a quien se le ha dado la misión, el poder y la fuerza de intervenir en estos casos.

Como también fue él, quien trajo el mensaje evangelizador a estas tierras de España.

Por tal, me siento obligado hacer permanecer la verdad sobre el empecinamiento de la Iglesia con sus desafortunadas declaraciones y desatinos de no reconocer al verdadero Apóstol que visitó y evangelizó este lugar.

La Iglesia ha provocado un soberano lío debido a sus interpretaciones con el cambio de personaje para cubrir sus espaldas.

Y sin embargo reconocen su valía nombrándole “Señor Santiago” excluyendo al resto de los Apóstoles de dicho trato ¡Ironía del destino! ¿No será por algo?

No será porque no quisieron aceptar este hecho por las causas ya mencionadas anteriormente y no tener que rendir cuentas por sus ineptitudes, con respecto al hermano del Señor, que hizo su recorrido en la Península Ibérica predicando el Evangelio hasta llegar al Cabo Finisterre conocido “como fin de la Tierra” con su impresionante puesta de Sol y la bravura de sus aguas, que casi siempre se desataban con furia, creando temor en las gentes de la mar, que forzosamente salían a pescar con embarcaciones poco resistentes a los elementos, produciendo desolación y muerte de ahí viene el nombre de “Costa de la Muerte” .

Donde pasé un corto periodo de tiempo, dando calor y amor a todos los necesitados, que acogían con fervor y entusiasmo la palabra de Cristo. Y desde allí, regresé de nuevo a la Sede de Jerusalén donde había sido nombrado Patriarca del lugar, siendo consejero de los demás Apóstoles y de mis hermanos en Cristo.

En dicho sitio fui respetado por el pueblo y considerado como el Mesías, pero los del Sanedrín viendo mi fama que crecía peligrosamente, se confabularon contra mí y toda la enseñanza que yo impartía así como la de mi hermano Jesús.

Tuvieron miedo de que se tambaleara su poder e instigaron al gentío contra mí, diciendo que era un falso Profeta, así como lo había sido mi hermano. Lanzándome toda clase de acusaciones y siendo arrojado al vacío desde una altura considerable de mi propia Sede. Al ver que no había muerto, optaron por lapidarme y viendo aún que seguía con vida, me remataron a palos.

Entonces algunos oyeron la voz de Dios que los maldecía por haber dado a muerte a un hombre justo y santo. Castigando al pueblo de Israel por haber permitido el horrendo crimen. Enviándoles toda clase de plagas, desastres y calamidades por el acto tan repugnante y cruel que tuvieron con un hombre de Dios.

Así es como fui martirizado como Jacobo o Santiago hermano del Señor llamado también el Justo.

La Verdad escondida sale de nuevo a la Luz.

Jacobo