Traductor

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Jesús Señalando el Día del Juicio Final Acompañándole su Corte de Ángeles

Jesús Aparecerá como el Sol que Amanece por Oriente y se Manifiesta con Gran Poder y Gloria. Así será su Venida. Todo ojo le verá como Jefe Supremo de todos los Comandos y Naves Celestes

Hoy el tiempo está marcado por grandes acontecimientos preanunciados, esperados, ansiados y deseados por los limpios de corazón que han sufrido vuestras humillaciones, desprecio y rechazo por pensar y obrar diferente al vuestro.

¡Benditos sean los mansos y limpios de corazón porque verán a Dios! ¡Benditos sean los sedientos de justicia porque la tendrán!

Estamos en tiempos graves y duros si bien no lo queréis ver o creer, por tal motivo los Hijos de Dios los “Elohim” han bajado a la Tierra para hacer la Santa Voluntad del Padre. Los Querubines, los Serafines y Tronos están entre vosotros para hacer un nuevo mundo y poder ser habitado por el hombre, capaz de llevar los valores de la conciencia cósmica y resplandecer espiritualmente como es el deseo del Padre Glorioso.

Quien quiera creer lo crea, esta es la verdad.

Quien soy: soy una lágrima de Dios y mi nombre es Jacobo discípulo del Jesús mi morada es el Sol y mi sitio el Trono. Estoy aquí entre vosotros para llevar a cabo la labor encomendada del Padre Glorioso en el tiempo que Él se ha reservado para la instauración del “Nuevo Reino Prometido”.

¿Porque estoy entre vosotros con cuerpo y alma? Pues por la misma razón que Jesús, estuvo en medio de vosotros para dar el mensaje, ayudar y salvar al hombre. Pero éste se ha vuelto insensible, materialista y egoísta, rechazando el amor y la salvación. Sólo atiende al odio al sufrimiento y la muerte, aferrándose a los bienes materiales.

¿Quién es Jesús? Jesús en un Genio Solar y Genio Planetario por lo que tiene el poder de intervenir en el Plano de la Justicia y condenar al hombre por su maldad y perversidad.

Es un ser de Amor y Justicia.

Hace dos mil años, dio su vida por amor al hombre y éste lo condenó a una muerte cruel e inhumana rehusando a su persona y su mensaje. No quisieron reconocer su deidad ni aceptar la Ley Divina que traía, ni la oportunidad que se les concedía para regenerarse, esta tantas veces negada y rechazada que hubieran trasformado al hombre en un ser consciente, lleno de amor y felicidad.

Pero el hombre siempre ha desaprovechado y desperdiciado en multitud de ocasiones las advertencias dadas para su propio bien. No queriendo enmendarse ni corregir sus errores. Amonestándole el Cielo y, concediéndole un tiempo precioso para su arrepentimiento y aconsejándole diciéndole de poner las cosas en su justo sitio.

¿Qué esperabais o esperáis de él? ¿Qué repita la misma condena que tuvo entonces para vuestra salvación? ¡Ya no es tiempo de poner la otra mejilla! sino más bien tiempo de juicio y sentencia.

Por eso, se aproxima el día del “Gran Juicio Universal” porque ha llegado el tiempo que el Padre se ha reservado para su intervención.

¿Por qué Justicia? Si el amor no es válido para vosotros, entonces se antepone la Justicia al amor ¡Es la “Ley”!

Muchos se extrañarán que este sea el final merecido, porque los discursos de los padres de la Iglesia han predicado un resultado feliz de perdón y amor, de que todo es perdonable porque Dios es amor. Pero han olvidado que Él, es también Justo y como tal hace su Justicia.

Ahora que os he dicho todo cuanto tenía que decir, siento pena por el mensaje erróneo de estos personajes de esta Institución, que creen estar en comunión con Dios expresando fácilmente Sus designios y confundiendo a todo aquél que los escucha. El arte terreno no es semejante al arte de Divino.

Además quienes se otorgan ser sus ministros sin serlo, nunca podrán recibir Su sabiduría.

No os extrañéis que os hable así, este es mi cometido y porque ha llegado el tiempo de hacerlo por mandato Divino.

Jacobo

domingo, 4 de septiembre de 2011

UNA HIJA DEL SOL ENTRE VOSOTROS

DEL SOL SIRIO

A vosotros me dirijo con pleno conocimiento de estar en el mundo y no ser del mundo y vivir las experiencias eternas para deciros: que muy pronto veréis cumplido todo cuanto se ha escrito, dicho y trasmitido.

Así como recordaros las palabras dichas por Jesús y trasmitidas por sus apóstoles “Habrá señales en el cielo y en la Tierra” Pues bien los signos anunciados se están produciendo.

Y el tiempo concedido está terminándose y pronto, muy pronto, veréis cumplidas las promesas de todo cuanto ha sido dicho. Entonces veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del Padre rodeado de todos sus ángeles y arcángeles descender en la Nueva Jerusalén con gran esplendor y gloria.

La llegada Gloriosa y Potente del Infalible Juez de la Celeste Justicia se aproxima cada vez más, a fin de que sea hecha la Santa Voluntad del Padre Glorioso, cuyo dulce imperio sobrepasa el Cielo y la Tierra.

Dichos los sedientos de justicia porque serán saciados y los ojos destinados a ver verán y los oídos destinados a oír oirán.

Comience pues a rasgarse las vestiduras el nuevo Caifás, porque es cierto que el Hijo del Sol, está apunto de manifestarse con Potencia y Gloria.

Pronto, muy pronto se hará realidad la gran espera. Y su retorno será como lo anunciaron sus ángeles a los afligidos presentes en su despedida a los cielos. Con palabras de consolación se dirigieron a todos diciendo: “Este Jesús que veis partir, así como os ha sido arrebatado retornará con Gran Potencia y Gloria”.

Sin embargo, no esperéis ninguno de vosotros conocer el día ni la hora de su venida, porque no fue revelado por el Genio Cósmico. Vosotros podéis deducir el tiempo por los signos preanunciados. Tened cuidado, porque éstos han sido dados y también fue dicho y escrito: “Vendré como un ladrón en la noche, a uno tomaré y a otro dejaré” Las señales en el cielo han sido patentes para los hombres de buena voluntad e interpretados correctamente, como el principio de una nueva era, de un nuevo mundo, de un nuevo cielo. Benditos los que con pureza de alma han querido ver y oír. El viejo mundo está a punto de mutar en un nuevo mundo de justicia, de paz y amor donde el hermano, amará al hermano, porque lo reconocerá y en Cristo, serán una sola cosa como el Padre lo quiere. La alegría del espíritu, será grande y profundo el gozo de todos aquellos que ha sido señalados para resurgir y heredar el reino de Dios.

Alégrense pues los beatos que han permanecido íntegros, sólidos en el espíritu y en la Luz que vivifica y concede paz, alegría y amor. Tengan especial cuidado en conservar el don que les ha sido concedido para convertirse en instrumentos de Aquél que es Creador de toda cosa visible e invisible.

Atentos por lo tanto, porque el día se aproxima, a fin que los elegidos puedan gozar del esperado Reino de Dios en la Tierra. La luz del Señor está en la luz de este tiempo, y los mensajeros de su celeste reino, están en la Tierra a fin de que sea hecha su voluntad y toda cosa sea puesta antes que su refulgente luz de justicia y de amor, desgarre los cielos e ilumine con divina gracia los espíritus fieles que esperan la promesa de su reino.

¡Ay de los impíos, porque no los reconocerá, no serán ovejas de su rebaño, ni gozarán de su visión, les será negada la resurrección de la muerte y no serán pueblo de su reino!

A vosotros hombres de la Tierra me dirijo: para deciros ¡Preparaos! porque duro y severo será SU JUICIO.

No esperéis misericordia y perdón; sino sentencia y destinación hacia la segunda muerte.

Benditos sean los corazones de todos aquellos, que se han rendido al amor más grande de todos los amores ¡Benditos sean!

¡BEATO! ¡BEATOS! PORQUE REINARAN JUNTO A EL


Jacobo