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viernes, 27 de agosto de 2010

VOLO A SU ROSAL SOLAR

Juan Evangelista Redactando el Apocalipsis


A la memoria de mi Alma Gemela Juan Evangelista, que nos dejo tal día como hoy el 27 de Agosto del 2006 a las 23:40, para volar al Cielo en su “Rosal Solar” y desde allí preparar “El Arca que no Conocerá las Aguas” LA NUEVA JERUSALEN.


Tu hermano que viniste a nosotros para anunciar a toda la humanidad de todos los acontecimientos que iban a ocurrir si el hombre no cambiaba en su comportamiento, respetando la Ley de Dios. Tu que fuiste elegido para tal función siendo uno de los discípulos bien "Amados" de Jesús, con Santiago el Menor hermano del Señor y Pedro. La triada que siempre iba con el Maestro en todos sus desplazamientos y lugares, estando permanentemente con él y recopilando todas sus enseñanzas de Sabiduría en cada momento de su estancia en la Tierra, dejándote a ti con la misión de escribir el Libro de la Revelación “APOCALIPSIS”. Encargándote de nuevo el cometido de volver entre nosotros, para recordar sus advertencias en este tiempo que nos ha tocado vivir. A este fin viniste para advertir y dar a conocer sus enseñanzas.


Has vuelto entre el género humano, dándote a conocer como el “ANUNCIADOR” y luego Consolador de todos nosotros. Siendo el “Dios Solar” de este Sistema te ha correspondido dicha tarea de llevarla a cabo por ser el Legislador, Regidor y Coordinador de todo lo Creado.


El Señor nos preparó para ser la "Sal y Levadura" de todo el género humano y de ser su luz en el Mundo y, de Anunciar Su Venida.


Querido hermano en el alma, en mi recuerdo en este recóndito Planeta no se han borrado las jornadas pasadas que recorrimos junto al Maestro llevando la palabra de amor a todo hombre que se nos cruzaba en el camino ya fuera de ida o vuelta de aldeas y ciudades.


Hoy en este día tan señalado de tu partida, en mi mente se alojan pensamientos de añoranza y esperanza de volverte a encontrar muy pronto y darnos un fuerte abrazo y estar juntos para siempre.

Con todo el Amor de tu Alma Gemela Jacobo


Foto del Anunciador y Consolador

sábado, 14 de agosto de 2010

LA ASUNCION DE NUESTRA SEÑORA

Asunción de Nuestra. Señora.


A Ti: Madre mía: Reina de Cielos y Tierra, que te dignaste bajar entre los hombres para dar conocimiento de Cristo nacido de ti, para ser la salvación del Mundo.

Tu que fuiste y eres el Amor personificado de Aquél que tanto expuso para conceder al hombre su redención y salvación, dándose en tu humilde persona el habitáculo de la Luz Divina del ser más grande que jamás haya existido entre los hombres.


Durante siglos Madre Santa has sido el “Amor, Faro y Guía” de esta humanidad que sólo piensa en divertirse festejando dichas fiestas como algo mundano pero poco espiritual.

Muchos pueblos celebran este día que conmemora el ascenso tuyo a los Cielos como; Reina y Señora de ellos, dando lugar a festejos vulgares y carentes de sentido religioso y responsable del valor que representa, aunque durante siglos se hayan esforzado por otorgarte infinidad de títulos y nombres.


En estas últimas décadas han sido muy desalentadoras el proceder de muchos seres que, han recurriendo a ti, como medio de intervención sin tener en cuenta de llevar acabo el cumplimiento de tu “Mensaje de Advertencia” ya sea en Lourdes, Fátima o Garabandal. Siendo de gran pesar y tristeza por no haber atendido su contenido.


Hoy más que nunca se revela el tiempo que preanúnciate de espanto, llanto, desolación y de sentir que este, se ha agotado y cerrado para todo el género humano, dando paso a la Justicia de tu Hijo que con brazo de hierro y mano dura rige sobre todas las naciones.


Madre se que tu pesar es grande, así como muchos de nosotros que estamos en misión sobre la Tierra; con el cometido de ayudar al hombre para que alcanzara el bienestar eterno; pero éste ha rehusado ser aconsejado rechazando la ayuda dada de estos mensajeros enviados por Dios para este fin.


Es lamentable que el ser humano haya escogido su perdición y llegado a este fin Apocalíptico.


Tu Hijo Jacobo




lunes, 2 de agosto de 2010

Respuesta a los Grandes Inquisidores de la Ciencia


Respuesta a los Mensajes de Algunos Científicos Inquisidores


Últimamente el renombrado científico Stephen Hawking ha hablado maliciosamente de los extraterrestres alarmando a la población mundial, diciendo: que son seres conflictivos, que hay que rechazarlos como agresores e invasores. Alertando y aconsejando a todos de responder con contundencia con armas eficaces e incluso de destrucción masiva para derrotarlos.


¿Mister Hawking cómo se pude echar las culpas de vuestros crímenes a seres que sólo desprenden amor y han velado durante milenios por la supervivencia del planeta Tierra y de vuestras vidas? .


¿Se puede ser tan ignorante y retorcido para dar estos mensajes diabólicos cuando en verdad les debemos a ellos, la conservación de todo lo creado incluido el hombre?. Muchos deberían leer la Biblia para estar mejor informados y verían que desde los tiempos más remotos están entre nosotros y son los auténticos jardineros del Edén.


Pregunto a estos grandes eruditos:


¿Por qué echar la culpa de vuestros crímenes a los extraterrestres cuando en realidad la culpa es vuestra?


¿Han sido los ovnis los que han esclavizado a los pueblos pobres e indefensos?


Pues bien Mister Esteban Hawking; el único peligro que ha atentado contra el hombre ha sido el propio hombre


¿A caso han sido los extraterrestres los que han traído a vuestro planeta las bombas nucleares?


¿Han sido los llamados “Alienígenas” los que han lanzado sobre Hiroshima y Nagasaki las bombas atómicas?


¿Han sido los ingenieros extraterrestres los que han construido las homicidas centrales nucleares y todo lo que vuestra ciencia sin conciencia instruye para poner en agonía los equilibrios naturales de vuestro Planeta?


¿Somos nosotros los que matamos a los parvulitos amados de Jesucristo para comerciar con sus órganos?


¿Cuántas de estas criaturas inocentes son maltratadas, violentadas y muertas de hambre?


¡Todavía sobre vuestro planeta el canibalismo está de moda. La Sodoma infectada crece normalmente!


Un Servidor de los Siervos de Dios

J. C.