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domingo, 3 de agosto de 2008

SILENCIO DE LA VIRGEN



SILENCIO DE LA MADRE


Querida Madre: Viendo tu imagen comprendemos que con tu silencio invitas al recogimiento y a la oración en los acontecimientos que se avecinan de gran confusión y padecimiento.


Hubo un tiempo que por boca de tus emisarios muchos corazones sentían tu aflicción y llanto, acudiendo a la llamada de amor y salvación, que con gran devoción se lo hacían suyo convirtiéndose y dejando su protección a tu Santa Persona, que con inmensa alegría gozaban de tu presencia. Siguiendo el buen camino obtenían tu gracia e intercesión divina en su arrepentimiento.


Hoy mucho ha transcurrido desde que tú dejaste libre el brazo de tu Hijo, para que hiciera Justicia. Desde entonces optaste por no mediar y que se cumpliera la sentencia de Dios, ya que el hombre no ha mantenido su promesa y ha ido a peor, escupiéndote a la cara los dones recibidos de bondad y amor que les habías dado. Siendo un bálsamo para sus espíritus y garantí de salvación.


Este ser que ha rechazado todos los medios que tenía a su alcance, no merece existir. Puesto que prevalece su voluntad ante la del Padre Creador, renegando de El y haciendo lo que le viene en gana e incluso desafiándole.




El Eterno Mutante