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sábado, 9 de agosto de 2008

MENSAJE DE SANTIAGO


SANTIAGO APOSTOL

Hombre el tiempo que se te ha concedido para andar en el camino de la vida, cada vez se te va estrechando más en su recorrido hasta el final.

Muy pronto recogerás aquello que has sembrado con tanto placer y encontrarás que la cosecha no será la esperada por ti; puesto que quien planta cebollas nunca puede recoger rosas.

Hombre has tenido toda la ayuda necesaria del Cielo, para que pudieras dar un gran paso en tu espíritu. Pero tú, no lo has aceptado, porque te has creído ser el centro de la Creación. Y has rechazado todo lo que provenía de Dios, sintiéndote autosuficiente rodeado de tus adelantos, desafiando las Leyes de la Naturaleza y del Creador.

Hombre te has envanecido mucho en el campo de la materia, logrando avances espectaculares en ella, pero nada en la del espíritu. Ya es hora pues que recojas tus frutos y des paso a otra civilización floreciente, donde imperará la Ley de Dios y el Conocimiento Universal.

Hombre cuan inútil y pobre ha sido tu bagaje llevando el equipaje lleno de adelantos y escaso de conocimiento Divino, que con tanta pesada carga científica no te servirán tus vestiduras de logros espectaculares adquiridos por ti, para salvarte del lugar que te espera.

¡Hombre que insatisfacción y desesperación será ver tu destino!

¡Hombre cuan insensato y arrogante eres! Cuando hubieras podido adquirir los valores eternos, que todo ser humilde posee.

Mis apariciones en el Mundo hablan de amor, pero sobre todo de la “Justicia del Padre” que ya está actuado entre vosotros, en este presente.