“El Armagedón”
¿Os acordáis de las palabras de Jesús?
¡No!
Pues bien os haré memoria de ellas; dijo: “Cuando veáis Jerusalén y todos los lugares santos rodeados de ejércitos pensad que mi regreso está próximo” .
En estos días tan señalados, para todo buen cristiano de
¿No os dicen nada tales sucesos? ¿No os hacen pensar sus palabras sobre los acontecimientos que se están desarrollando en el corazón de Oriente? ¿No veis quizás en ello, la verificación de sus Parábolas?
¡Sí es así, entonces pensad que su venida está cerca! ¡Y el fin de esta generación también!
Os recuerdo que el punto hipercrítico ya ha sido superado y la degeneración física, psíquica y espiritual ya ha alcanzado los límites imposibles de avanzar y sobrevivir.
Todas las estructuras portantes de la vida ya no son válidas para establecer los equilibrios genéticos que toda especie sufre, inexorablemente, un forzado suicidio.
¡Una generación destinada a desaparecer de la faz de la tierra!.
¡Ni siquiera Dios puede ayudaros!. Habéis rehusado cínicamente de ser su imagen y semejanza, dejando al Maligno el privilegio de volver a vuestros espíritus linfa de su naturaleza, hecha de tinieblas y muerte continua.
Apenas se manifieste el Juicio Divino seréis encadenados y juzgados.
Estáis ya al inicio del holocausto. “El Armagedón”
No habéis hecho caso de las advertencias dadas, que os decían de no continuar con vuestra malvada perversidad, y los emisarios de la divina providencia han sido ridiculizados, odiados y sus exhortaciones al arrepentimiento confundidas y despojadas de la realidad que propone la única vía de salvación. Habéis preferido la condenación a la resurrección, el mal al bien, la segunda muerte a renacer.
Pero es verdad que Jesús vuelve para recoger a los pacíficos a los mansos, a los pobres de espíritu y a todos aquellos que han puesto en práctica
A estos, los ángeles del Señor, confortan sus corazones y fortifican sus espíritus, para que el Maligno no venza nunca con sus tentaciones.
¡Muy pronto terrestres la sentencia del Juicio Universal caerá sobre vuestras cabezas!
¡Y entonces comprenderéis, vuestra falta de previsión y arrepentimiento!
El Eterno Mutante Jacobo