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viernes, 25 de enero de 2008

EVANGELIO DE S. JUAN


Evangelio de S. Juan

Los discursos apocalípticos de los “Evangelios” reflejados por Juan Evangelista, confirman las vicisitudes postreras de esta humanidad decadente. En este tiempo presente, el mismo Evangelista en persona, las ha vuelto a recordar, repitiendo el mismo discurso que hizo antaño.

La mayoría de las profecías dichas por Jesús se han cumplido y otras están próximas a verificarse en este inmediato porvenir.

Es evidente, que cuando Jesús dijo a sus discípulos las cosas que estaban por venir era para que éstos, se preparasen de cuanto debía suceder y las señales que debían precederle a su retorno, y darles unas premisas de los tiempos finales de esta civilización. Jesús amaba mucho a sus discípulos y sabía que ellos, debían de estar aquí reencarnados, para preparar este gran evento. Les dio pues, una serie de señales e indicaciones correspondientes a unos hechos ubicados en los tiempos finales, para que nadie pudiera engañarles y llevaran a termino el discurso encomendado por él. Hoy es el tiempo, en el que Jesús, hablaba de estos acontecimientos y ha vuelto a recordar a sus discípulos que el tiempo ha llegado.

Como veréis han tenido lugar toda clase de guerras, terremotos y desastres naturales, pero nunca, nuca como ahora se ha conocido una loca y espectacular carrera armamentística, como es el actual, y un progreso tecnológico tan avanzado que en pocos segundos puede arrasar toda la humanidad. El hombre ha dado un salto tan espectacular y tremendo creando terroríficas y mortíferas armas de destrucción masiva, para ser más eficaz contra el propio hombre. Parece que se ha olvidado de ser un ser pensante, para convertirse en uno de los peores animales, derrotando y pulverizado a su propia especie.

Todo cuanto le rodea quiere exterminarlo arrasando con ello, hasta la propia Madre Tierra, importándole muy poco o nada el valor de la vida.

Hoy lo habitual, se ha convertido, en estafa, robo, asesinato, violencia de los niños y mujeres, homosexualidad, contrabando de órganos, de drogas, secuestros, prostitución y extorsión, como lo más rentable de esta civilización.

En verdad que esto tan devastador, no se había dado nunca como ahora en este tiempo del fin. Dijo Jesús: se levantará nación contra nación unos contra otras hasta haber una confrontación planetaria de terribles consecuencias.

El hombre insensato ha agotado la paciencia de Dios, tiene el poder suficiente para aniquilar una célula del cosmos en la que habita y perjudicar seriamente a las otras que la rodean y eso no puede aceptarlo ni puede consentirlo la Justicia de Dios.

La crueldad psicológica que él, ha desarrollado en multitud de conflictos y etnias y enfrentamientos religiosos, han sobrepasado la tolerancia de El.

Esta humana gente, que tiene en su haber dos guerras mundiales a sus espaladas de terribles consecuencias devastadoras, como dice cierto refrán: “ a la tercera va la vencida” Son hechos que, han desencadenado la Santa Ira de Dios agotado su paciencia, y han provocado que este ser desdichado y bárbaro, que no merece existir.

El Eterno Mutante