En el sexto mandamiento dado por Dios, “
Si no es cumplida ésta, que ha dado Dios, a través de los tiempos, se abate sobre el que la infringe, un tremendo castigo purificador.
Las abominables atrocidades creadas por el hombre perverso. ( droga, prostitución, degeneración física y psíquica) vienen principalmente relacionadas con el castigo Divino.
¡Dios es amor!, pero sobre todo es “Justicia” y ha dado al hombre, como desarrollar este amor hacia sus semejantes y entre hombre y mujer.
El amor, el mas puro sentimiento humano, se quiere destruir y deformar, haciendo pasar por amor algo que es solo posesión y expresión de los mas bajos sentimientos humanos.
Hacer el amor, ha sido trasformado en una compra-venta de sentimientos y deseos animalescos, que llevan al vacío y la insatisfacción más absoluta.
La pornografía que está cada día más visible a los ojos de todos, incluso a los niños, corrompe, mostrando, provocando e incitando a actos violentos y depravados. Unos se hacen muy ricos con este negocio y otros, se dejan llevar por instintos animalescos y sádicos; abusando de los niños, los violan dejándolos destruidos psíquicamente, para el resto de sus vidas.
La homosexualidad, esa confusión entre hombre y mujer, entre afecto y sexo, aumenta cada día y se hace pasar como un fenómeno normal, cuando en realidad es, una manifestación más de los desequilibrios psíquicos, que padece esta generación.
No es por casualidad que en medio de estos comportamientos haya nacido el sida.
El Eterno Mutante