Estamos verdaderamente
al borde del gran abismo
Llegando al fin, los avistamientos se incrementan en todo el mundo; avisando a esta humanidad, que el tiempo es corto, para la venida del Señor.
Hace miles de años el Profeta Ezequiel, tuvo un encuentro con estos seres, llamados Ángeles o Dioses. Eran aquellos que él, llamó “Querubines”
Desde entonces han trascurridos unos tres mil años.
En aquel tiempo el Profeta Ezequiel, se expresó así, para describir la aparición de naves espaciales y sus criaturas.
“Vi, una rueda dentro de otra rueda, el aspecto de las cuatro ruedas y su movimiento se parecía al color del crisolito. Las cuatro ruedas eran parecidas y todavía mirando bien, vi que sus llantas estaban llenas de ojos al rededor".
Y finalmente sobre las cabezas de los tripulantes se expresó de esta manera:
“Sobre las cabezas de los vivientes, había una semejanza de firmamento, como de un portentoso cristal, tendido por encima de sus cabezas”.
La visión que tuvo de los cascos espaciales que las criaturas de aquellos aparatos, llevaban sobre la cabeza y vestidos como iban, le dieron la sensación de ver curiosos animales de forma humana. y luego un dictado que debía, absolutamente, aceptar y que venia de Dios.
Suscitando en el Profeta, la pregunta ¿Quienes eran?
Indudablemente bajo aquel casco, dentro de aquel complicado buzo estaba el Querubín del Profeta Ezequiel. Siendo reconocidos como seres del Trono de Dios.
Los mismos mensajeros celestes deben finalmente hacernos comprender, que la palabra de Dios esta nuevamente en medio de nosotros. Muchos son los Querubines, Serafines y Tronos que nos miran y escrutan atentamente nuestros propósitos, preparándonos aceptar verdades más profundas, que por los siglos de los siglos, siempre han sobrepasado nuestros escasos y confusos conocimientos.
Ya no es posible describir como lo hizo el Profeta Ezequiel, puesto que hoy, el hombre a través de los avances de la ciencia, comprende mejor los grandes mecanismos espaciales.
El se expresó en el modo más claro e inequívoco, de la procedencia de estos seres, con los medios disponibles de su entorno, para hacer comprender a sus semejantes, describiéndolo de una forma sencilla y comprensible la visión, diciendo: “Eran Ellos, desde del principio estaban con nosotros”
Muchos los han visto aterrizar y otros se han aproximado en el intento de conocer y hacerse comprender. Noticias de este tipo se podrían citar a miles. Algunas personas los han visto con casco y buzo espacial que a primera vista no han sabido reconocer su verdadera identidad superior y su procedencia.
En nuestro tiempo, se repite la visión que tuvo el Profeta Ezequiel.
Nuestros ojos lo ven y nuestra mente lo comprende, así como en realidad son, pequeñas y grandes naves del espacio que lo surcan.
Estamos verdaderamente cerca al borde del gran abismo. Tiempo que nos ha empujado nuevamente al fatal error de la autodestrucción de todo cuanto vive y existe, por eso son los masivos avistamientos, alertando de su pronto cumplimiento.
El Eterno Mutante.