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jueves, 23 de abril de 2009

PARAISO EN LA TIERRA

PERIODO DE LEMURIA

El Paraíso en la Tierra


Hace poco recibí de un hermano y amigo unas afirmaciones que circulan por la red, plasmadas sobre unas imágenes que revela y señala a Irak como el origen del Paraíso en la Tierra.

Pues bien debo de añadir que no es del todo correcto la interpretación que le han querido dar basándose en algunos estudiosos bíblicos, como el inicio de la civilización humana.


Para ser más concreto a esta tesis, os voy a relatar lo sucedido paso a paso para que sepáis como se han desarrollado distintas y florecientes civilizaciones que en su principio han tenido su propio “Edén” en un lugar distinto al mencionado anteriormente.


Bien en su origen nuestro Planeta no era su cosmología tal como la conocemos ahora, sino que era muy distinto. Los continentes estaban todos unidos formando uno sólo. La gran extensión de tierra, con el tiempo se fue transformando y separando por inmensos cataclismos que destruyeron gran parte del Continente Lemur. Enormes sacudidas sísmicas agitaron, de un punto a otro de la Lemuria. Los innumerables volcanes comenzaron a vomitar torrentes de lava, nuevos conos de erupción surgieron por todo el suelo, lanzando fuera lenguas de fuego y montañas de cenizas. Se verificaron grandes explosiones con apertura de inmensos abismos: encontrando las aguas camino libre, penetraban a través de las nuevas hendiduras, formando grandes ensenadas, prontas a precipitarse, todavía hacia adelante. Parecía que las islas se moviesen de su sitio.
Mientras tanto la flor de la raza de los Lemures se había refugiado en el extremo occidental del continente devastado. Desde aquí los supervivientes, alcanzaron la Atlántida, la tierra virgen y verdosa, emergida desde hacía poco, de las aguas en donde debía desarrollarse una nueva raza humana, poblando ésta, distintos lugares, reagrupándose en diferentes puntos conde consideraron más segura su estancia.


El hombre, gota trémula de luz venida del Edén, de un mundo destruido, comenzaba a experimentar otra civilización nueva, el periodo de la Atlántida.


La generación amarilla a oriente, en pleno Pacífico, antes de ser mar, poblaba en prosperidad la raza amarilla el gran continente Mu.

La raza blanca en Groenlandia también prosperaba en los continentes nórdicos del Planeta, mientras la negra se multiplicaba con mayor dificultad, en algunas zonas de África meridional y central, por estar cubiertas de bosques difíciles y llenas de ferocísimas bestias.


Yo, y algunos hermanos celestes hemos vivido gran parte de nuestras existencias en las tribus de los hombres-rojos, mejor señalados con el símbolo del Rig que, traducido literalmente, quiere decir: "Sabiduría".

En aquel tiempo la Atlántida escuchaba, mientras otros tremendos cataclismos habían descompuesto el Mundo.

El gran continente Mu, reino de la raza amarilla, era literalmente destruido por un enorme descenso de la corteza terrestre e invadido por las aguas que apremiaban fuertemente.

Algunos continentes nórdicos también fueron sacudidos por violentísimos terremotos y pavorosos hundimientos, empujaron a la emigración, hacia centro Europa y norte de América, gran parte de los sobrevivientes. El continente Atlante era despedazado en varios puntos. La tierra se movía como una hoja a merced del viento. Los Atlantes, llenos de pánico y de temor ante la invasión de las aguas que apremiaban violentamente por el norte y por el sur, se refugiaron en las altas montañas de América central y meridional. Otros quedaron en las alturas de la Atlántida, todavía habían quienes se desplazaban hasta alcanzar las costas occidentales de África septentrional.

Mientras tanto, los cruces de las tres razas daban a la luz a otras mucho más inteligentes que debían, a su tiempo, devenir los elementos formadores de una raza elegida.

Esta fue la obra de la raza blanca con la Atlántida, cepa común de los Semitas, y de los Arios en los cuales las varoniles cualidades de la razón, de la reflexión, del juicio debían dominar sobre todas las otras. Pero para desarrollar tales facultades, era necesaria una gran disciplina y una vida aparte, separada de las otras razas.
Los caudillos, arrastraron a la raza blanca hacia el este y norte. La meta final de este éxodo, que duró siglos y milenios, debía ser la región de Asia.
Sobre aquellos altos altiplanos de aire saludable, fuera de los ataques de las otras razas, a los pies del Himalaya, se formó la civilización Ariana. Más allá, posteriormente, emigraron los diferentes grupos de la nueva raza, destinada a gobernar el mundo, raza Indo-europea:
Arios de la India, Iranios, Escitas, Sarmientos, Griegos, Celtas y Germanos así como los primitivos Semitas de Caldea.
Había llegado el tiempo de las grandes mutaciones.

Los Dioses habían tomado plena posesión de todas las directivas. Estos aparecían en nubes de fuego y su lenguaje no tenía nada de terrestre. Tenían sobre la Tierra sus mensajeros a los que daban enseñanza de cómo debían conducir a los hombres. Los mensajeros de los Dioses podían recibir las revelaciones, porque, a su vez, eran los más perfectos entre sus hermanos los humanos. Se podían llamar espíritus superiores con trajes humanos, pero su verdadera patria no era la Tierra. Atum, Sow, Niot, Osiris, Isis, Shet y Nebtho eran Ángeles, los hermanos que quedaron sobre la Tierra por orden del Altísimo.


Y, finalmente, el último gran cataclismo que debía destruir, para siempre, el gran continente de la Atlántida para dejar sitio a las crecientes aguas de los dos polos.
Con este terrible desastre geológico desaparecieron los últimos restos de la raza de atlantes vuelta viciosa, débil y practicante de la magia negra.

Como podéis ver cada civilización con sus correspondientes periodos marcados por generaciones ha tenido una destrucción Apocalíptica y el comienzo de una Nueva Era o "Paraíso". Por consiguiente ha habido en el ser humano, varios y distintos lugares del Edén, para poder alcanzar una nueva raza determinante para su evolución.

Por lo tanto cada renovación del hombre, iniciando su caminar ha teniendo un principio del Edén


No obstante en esta última civilización, compuesta por varias generaciones, que en cada una de ellas, suman en años, más de dos mil. Ha tenido la humanidad, la última oportunidad de crear su propio Jardín del Edén. Escogiendo Oriente cuna de sabiduría de los antiguos atlantes que emigraron al lugar. Después de desaparecer su continente por los grandes desastres apocalípticos. Jesús fue un atlante y gran maestro de sabiduría, quiso nacer de nuevo en su pueblo, para darles el conocimiento de la verdad. Rechazando éstos su saber y su origen.


Todo viene por una causa, nada es casualidad. Así como todo viene de Oriente ya sea, para bien o para mal, como es cierto también que todos los días nace el Sol en el lugar. Y que desde allí, vendrá con Potencia y Gloria el Rey de reyes "Jesucristo" para instaurar el Nuevo Reino en la Tierra.


Angel el Precursor de Jesús



Periodo de la Atlántida