La angustia de mi espíritu está acrecentado por el vano sacrificio de Jesucristo, ¡por el rechazo a su oferta redentora, por su inapreciada misericordia!
La pena de mi corazón por lo que veo y oigo en esta loca, sanguinaria, inconsciente generación muda y sorda a los reclamos de las Potencias deL Cielo, perseverante en los errores y el desobedecer sin ningún discernimiento al maligno, al tentador, Satanás, Lucifer y a su legión anticrística.
Hoy estas fuerzas se manifiestan y se vanaglorian más que nunca, presentándose como únicas salvadoras de pueblos, con el estandarte del nacionalismo se cubren de buenos patriotas para hacer sus malignos propósitos recurriendo al engaño, fraude, robo, traición y muerte ¡Sino ved! lo que está sucediendo en España en el “País Vasco” con el gobierno actual cómplice de llevar a cabo actos fraudulentos en beneficio propio. Siendo todos lo mismo los paladines del engaño y el terror.
Pero es verdad que la Gran Batalla se acerca a su epílogo y el Padre Glorioso emanará su definitiva sentencia, unos heredarán el Paraíso porque es cierto le han reconocido y servido, otros para su desgracia heredarán el calvario eterno.
He hablado.
Jacobo