¿No os acordáis? De los antiguos profetas lo anunciaron, advirtieron y alertaron al Pueblo de Israel de la venida del Mesías y como renunciaríais a él, siendo recibido por el pueblo Judío, como varón burlado, rechazado, mal tratado por decir la verdad, acusándole de traidor, de rebelde e hipócrita, por decir su verdadera identidad y por ser portador de la luz, del amor en el conocimiento universal.
Leed y memorizad, en vuestras Sagradas Escrituras hablan de ello.
Señalan vuestro mal proceder en la figura de Jesucristo, nacimiento y muerte del “Mesías” llamado el Cristo y de todo cuanto acontecería a su venida, repetido y enaltecido por boca de sus profetas, diciéndoos que vendría a vosotros para dar cumplimiento de la Ley, que esta escrita en vuestros pergaminos por el cual, se convertirían en palabra viva.
Tales Escritos hablan de hechos y prodigios que lo acompañarían y serían estos, en daros la oportunidad a despertar a un nuevo tiempo para la salvación de su pueblo, así como en un remoto tiempo les fue dado a vuestros padres en Egipto.
Sin embargo para vosotros “El Mesías” fue un oportunista que merecía ser sacrificado, despreciado y crucificado por el solo hecho de ser el Hijo de Dios vivo, por eso lo rechazasteis condenándole a muerte en la cruz, como si fuese un vulgar ladrón o asesino. Dijisteis: ¡Crucificadle! ¡Crucificadle! !Crucificadle!
Pero con estas palabras, atrajisteis vuestra sentencia y se hizo en toda vuestra descendencia presente y futura. Ya que pedisteis la sangre de este justo que cayera sobre todos vosotros y sobre todos vuestros hijos. Sin pensar que ella se iba a desatar. Cumpliéndose así vuestra demandada súplica. ¡No existe la casualidad! !No!
Ya sabéis que
hay una parábola en la Biblia que dice “Pedid y se os dará” “Llamad y se os abrirá”
pues bien esta parábola se ha cumplido ya.
¿Se os ha olvidado quizás lo que os anunció Jesús el Cristo para este tiempo?
¿Lo recordáis pueblo de Israel?
Dijo: Dios elegirá a un pueblo que no es su pueblo, más allá del Río Jordán, es el alma latina y será su pueblo, lo llamará “La Nueva Galilea de los Gentiles”
¿Lo habéis olvidado pueblo de Israel? ¡Sí!
Pues yo os digo y afirmo rotundamente para que lo tengáis muy presente en vuestras plegarías y oraciones, no habrá misericordia para este pueblo tan orgulloso, destructivo y cruel, que no se acoge a las voluntades del Señor en querer complacerle, servirle y amarle. Sino que se viste y engalana de rebeldía, arrogancia y fanatismo, adoptando una postura de prepotencia y desprecio hacia sus hermanos los gentiles, como también a Dios su Creador.
Pueblo de Israel sois gustosos de hacer guerras contra el hermano, bombardeando cuando lo estimáis oportuno, aniquilando con total impunidad y frialdad a ciudades que os son un estorbo para vuestros concebidos propósitos, matando a inocentes, tales como niños, mujeres y ancianos, tomándoos la justicia y la barbarie por vuestra cuenta, cuando queréis y como queréis, para obtener vuestros infernales propósitos, unido al anglosajón amigo, usando la fuerza el engaño y la metodología Luciferina, alabando con máximos honores a Satanás, dándole pleitesía y devoción, conspirando e impregnando todo de un hedor penetrante e irrespirable para llevar a cabo el diabólico plan de un nuevo orden mundial.
Muchas naciones se han sensibilizado compadeciéndose del exterminio judío habido en un pasado no lejano, demostrando ser solidarios ofreciendo su ayuda y hermandad hacia ellos. Pero vosotros no habéis aprendido nada ni valorado esta solidaridad que se os ha dado a manos llenas e intentáis ahora pagarla con la misma moneda que a Judas, le pagasteis. Creando, muertes, hambrunas, guerras, conspiraciones, terrorismo a pueblos que han dado su valía y estima por vosotros y para vosotros, demostrando caridad y lastima, sin embargo sois hostiles con muchos de estos pueblos que no comulgan con vuestro sentir y proceder. No habéis aprendido nada de los valores trasmitidos ¡Nada! !nada!
¿Que esperáis del Cielo y de Dios pueblo de Israel? Cuando os habéis ofrecido a Lucifer y le dais entera sumisión y obediencia a quien no deberías dársela.
¡Qué esperáis pueblo de Israel que os perdone y os llame pueblo mío!
¡Qué esperáis” cuando queréis arrasar con todo lo que el Creador ha creado!
¡Que pretendéis que os de las gracias por vuestra eficiente maldad, destrucción y muerte!
¡O bien qué os bendiga como sus hijos predilectos!
Como podría ser sí hacéis todo lo contrario de lo que deberíais hacer. Siempre os habéis empeñado de ir por el camino opuesto al que os ha sido señalado y dado, malogrando todo lo que haya al paso incluido el Planeta si es necesario, llevando a la desaparición de civilizaciones enteras, construyendo armas de muerte y destrucción masiva como en tiempos de la Atlántida de Bíblica memoria.
Lo hicisteis en el pasado y lo volveréis hacer de nuevo si el Todo Poderoso no lo remedia.
Vosotros no servís a Dios sino al Cornudo “Satanás” y lo sabéis bien que es así, por eso, estáis empeñados en formar una guerra termonuclear junto con vuestros amiguitos occidentales para deshaceros de 90% de la población mundial.
La historia está a punto de repetirse. Pero habéis contado con vuestra desaparición ¡No verdad!
Pues creedme que seréis los primeros en probar vuestra propia medicina. Es la del ojo por ojo, diente, por tiente.
