El tiempo de los grandes acontecimientos se acerca cada vez
más, muchos de los hombres parece que no
se han enterado, ni lo tienen en cuenta de que Dios se ha arrepentido de haber
creado al hombre y lo destruirá. Dice el Señor: “Me arrepiento de haber creado
al hombre, yo lo destruiré”
Los grandes de la
Iglesia y sus fieles servidores han afirmado desde siempre
que Dios lo perdona todo y con ese erróneo mensaje han convencido a sus seguidores
y devotos asistentes que lo necesario es asistir a una buena confesión; porque a través de esta se logra la salvación.
En general la humanidad se ha confiado y apoyado en esa falsa creencia
clerical, que les ha servido para dar rienda suelta a muchos desmadres y
fechorías, creyendo que la confesión es la solución a todos sus problemas y han
continuado por la senda equivocada pensando que serán siempre perdonados sus pecados, ya que estos insignes prelados han asegurado que como Dios es amor no puede
castigar a quienes lo tienen merecido, por tanto no pasa nada, uno se confiesa y aquí
paz y después gloria. Creando así a un Dios
a su antojo y conveniencia; débil e injusto. Según estos eruditos personajes que se pavonean de saber del conocimiento de Dios no puede
haber castigo para sus hijos perversos aún siguiendo por el camino equivocado .
Sin embargo se han olvidado estos expertos, que ante todo él, es
un Dios de Justicia y, por lo tanto se antepone al amor cuando no reaccionas por amor intervine la justicia, ya que sin justicia no puede
haber amor ni paz.
Tan difícil es comprender esta verdad para querer llevar a cabo lo injustificable, empecinándose en hacer todo lo contrario para obtener lo no deseado que es la condenación eterna. ¡Tan difícil es seguir el buen camino!
Tan difícil es comprender esta verdad para querer llevar a cabo lo injustificable, empecinándose en hacer todo lo contrario para obtener lo no deseado que es la condenación eterna. ¡Tan difícil es seguir el buen camino!
Se que muchos de vosotros este discurso os resultará
incomprensible porque después de tantos años sometidos a la ignorancia y engaño
de LUCIFER, se os hará difícil de
aceptar esta realidad, ya que permanentemente se os ha dado una versión
diferente a la original. El mal, dispuesto siempre a confundir al hombre para
llevarlo a su redil. Esta falsa creencia tan arraigada en los pueblos cristianos por estos
falsos profetas, seguidores de Satanás que han impedido ver y conocer la autentica verdad.
Las Leyes de Dios son perfectas y Justas y nadie puede
replicarle.
Os recordaré algo del Maestro Jesús, dijo: ¡Orad en silencio
en vuestra alcoba! "No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque
vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le
pidáis”
“Yo os digo: Pedid, y
se os dará; buscad, y hallaréis;
llamad, y se os abrirá. Porque todo
aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le
abrirá".
"Velad, pues, en todo tiempo que seáis tenidos por dignos y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.
"Velad, pues, en todo tiempo que seáis tenidos por dignos y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.
Para orar a Dios y pedir perdón es necesario pedir con humildad su perdón, siendo conveniente un lugar tranquilo y apartado para dar respiro al espíritu y abrirse sinceramente
de corazón al Padre y no caer en la misma tentación, procurando avanzar por el buen camino y evitar
en lo posible los errores cometidos.
Así es como se obtiene el perdón. Aunque a decir verdad existe
la ley de causa y efecto y esta es muy exigente con uno mismo, pues todo lo que
hagas o digas se vuelve contra ti para bien o para mal. Es la Ley inexorable del
Cosmos que nadie puede evadirse de su férrea medida.
Con Todo el Amor
Jacobo